Dios actúa en la humildad y en el silencio, su estilo no es el espectáculo, reiteró el Papa Francisco en la Misa matutina en la Casa de Santa Marta. En el Evangelio del día, Jesús
reprocha a los habitantes de Nazaret por su falta de fe. Al comienzo,
lo escuchan con admiración, pero luego estalla ‘la ira, la indignación’:«En
aquel momento, a esta gente, que escuchaba con gusto lo que decía
Jesús, no le gustó lo que decía a uno, dos o tres, y quizá algún
chismoso se levantó y dijo: ‘¿Pero de qué viene a hablarnos éste? ¿Dónde
estudió para decirnos estas cosas? ¡Que nos muestre su doctorado! ¿En
qué Universidad estudió? Éste es el hijo del carpintero y lo conocemos
bien’. Estalló la furia, también la violencia. Lo empujaron fuera de la
ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina, para despeñarlo».
Es un estilo que atraviesa ‘toda la historia de la salvación’
La
primera lectura habla de Naamán, comandante del ejército sirio,
leproso. El profeta Elíseo le dice que se bañe siete veces en el Jordán
para sanarse y también él se indigna, porque pensaba en un gesto más
grande. Luego escucha el consejo de los siervos, hace lo que el profeta
le dice y la lepra desaparece. Tanto los habitantes de Nazaret como
Naamán – señaló el Papa – ‘querían espectáculo’, pero ‘el estilo del
buen Dios no es el de dar espectáculo: Dios actúa en la humildad, en el
silencio, en las cosas pequeñas’. Ello a partir de la Creación, donde el
Señor no agarra una ‘varilla mágica’, sino que crea al hombre ‘con el
fango’. Es un estilo que atraviesa ‘toda la historia de la salvación’:
«Cuando
quiso liberar a su pueblo, lo liberó por la fe y la confianza de un
hombre, Moisés. Cuando quiso hacer caer la poderosa ciudad de Jericó, lo
hizo a través de una prostituta. También para la conversión de los
samaritanos pidió el trabajo de otra pecadora. Cuando él envió a David a
luchar contra Goliat, parecía una locura: el pequeño David ante ese
gigante, que tenía una espada, tenía tantas cosas. Y David sólo una
honda y piedras. Cuando le dijo a los Magos que había nacido el Rey, el
Gran Rey ¿qué encontraron ellos? A un niño, en un pesebre. Las cosas
simples, la humildad de Dios, éste es el estilo divino, nunca el
espectáculo».
Así actúa el Señor, en la humildad y lo mismo nos pide a nosotros
El
Papa recordó que ‘también una de las tres tentaciones de Jesús en el
desierto: el espectáculo’. Satanás lo invita a tirarse desde el pináculo
del Templo para que, viendo el milagro, la gente pueda creer en Él.
Pero ‘el Señor se revela en la sencillez y en la humildad’. ‘Nos hará
bien en esta Cuaresma – concluyó el Papa Francisco – pensar en nuestra
vida, sobre cómo el Señor nos ha ayudado, cómo el Señor nos hecho ir
adelante, y encontraremos que siempre lo ha hecho con cosas simples’:
«Así
actúa el Señor: hace las cosas simplemente. Te habla silenciosamente al
corazón. Recordemos en nuestra vida las tantas veces que hemos oído
estas cosas: la humildad de Dios es su estilo. Y también en la
celebración litúrgica, en los sacramentos, qué lindo es que se
manifieste la humildad de Dios y no en el espectáculo mundano. Nos hará
bien recorrer nuestra vida y pensar en las tantas veces que el Señor nos
ha visitado con su gracia. Y siempre con este estilo humilde, el estilo
que también Él nos pide a nosotros: la humildad».
Diario. Lunes, 3 de febrero de 2025
Hace 1 hora
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