«Queridos hermanos y hermanas: en la catequesis de hoy reflexionamos
sobre el trabajo y la familia. Como se puede leer en el libro del
Génesis, el trabajo pertenece al proyecto de Dios en la creación. El
mismo Jesús era conocido como el “hijo del carpintero” ».
De una persona seria, honesta, lo más bello que se puede decir: ‘es un trabajador’.
San Pablo, el gran pregonero de Jesucristo, decía a los cristianos: “el
que no quiera trabajar, que no coma” (2 Ts 3,10), refiriéndose
explícitamente a la falsa espiritualidad
de algunos que, de hecho, vivían sobre las espaldas de sus hermanos sin
hacer nada (2 Ts 3,11). La falta
de trabajo "daña el espíritu" como la falta de oración "daña
la actividad práctica", y es por eso que oración y trabajo deben estar
juntos, en armonía, “tal como enseñaba san Benito”: «El trabajo es algo propio de la persona humana, y expresa su
dignidad de criatura hecha a imagen de Dios. Por eso, la gestión del
trabajo supone una gran responsabilidad social, que no se puede dejar a
merced de la lógica del beneficio o de un mercado divinizado, en el que
con frecuencia se considera a la familia como un peso o un obstáculo a
la productividad».
“¡El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una
familia!”. “Causar una pérdida de puestos de trabajo significa causar un
grave daño social”.
«Un trabajo que se aparta de la alianza de Dios con el hombre, y no
respeta sus cualidades espirituales, tiene consecuencias negativas que
golpean a los más pobres y a las familias. La misma vida civil y el
hábitat natural terminan corrompiéndose».
La moderna organización del trabajo muestra a veces una tendencia
peligrosa a considerar a la familia como un peso para la productividad
del trabajo. “Pero preguntémonos: ¿cuál productividad? ¿Y para quién?”
La así llamada “ciudad inteligente”, sin duda “rica en servicios y
organización” es a menudo es hostil para con
los niños y los ancianos. “Cuando la organización del trabajo la tiene
como rehén, u obstaculiza su camino, podemos estar seguros que la
sociedad humana ha comenzado a trabajar contra sí misma”.
«En esta coyuntura, las familias cristianas tienen la gran misión de
manifestar los aspectos esenciales de la creación de Dios, como son la
identidad y el vínculo del hombre y la mujer, la generación de los
hijos, el trabajo que cuida la tierra y la hace habitable».
“La pérdida de estos aspectos fundamentales es una cosa muy seria y
en la casa común ya hay demasiadas grietas”, y aunque la tarea no es
fácil y pueda parecer que se es “como David frente a Goliat”, “sabemos”,
animó el Papa, “cómo terminó aquel desafío”. «Que Dios nos conceda el
recibir con alegría y esperanza su llamada en este momento difícil de
nuestra historia».
«Pidamos a la Virgen María que interceda por todas las familias, y
especialmente por las que sufren a causa del desempleo y la crisis, para
que se les ayude a cumplir su importante misión en la Iglesia y en el
mundo. Muchas gracias y que Dios los bendiga».
Prelado Opus Dei.
Hace 1 hora
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