Dios reconcilia y pacifica en lo
pequeño, caminando con su pueblo: afirmó el Papa Francisco en la homilía
de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. Francisco
se inspiró en la memoria del día de hoy del nacimiento de la Virgen
para subrayar que todos nosotros estamos llamados a ser humildes y
cercanos al prójimo, como nos enseñan las Bienaventuranzas y el capítulo
25 del Evangelio de Mateo.
“¿Cómo
reconcilia Dios?” “¿Cuál es el estilo de reconciliación de Dios?” El
Papa Francisco desarrolló su homilía partiendo de esta interrogación en
el día en que se recuerda el nacimiento de la Virgen María. La tarea de
Jesús, dijo, fue precisamente “reconciliar y pacificar”. Pero – advirtió
– Dios para reconciliar no hace “una gran asamblea”, no firma “un
documento”. Dios – dijo – “pacifica con una modalidad especial.
Reconcilia y pacifica en lo pequeño y en el camino”.
Dios reconcilia en las pequeñas cosas, caminando con el pueblo
Francisco
se refirió a la primera Lectura, del Libro del profeta Miqueas en donde
se habla de la pequeña Belén, que será grande porque de aquel “pequeño
viene la paz”. Siempre – remarcó – el Señor elige “las pequeñas cosas,
las cosas humildes para hacer las grandes obras”. Y también nos aconseja
que nos hagamos pequeños como niños para poder entrar en el Reino de
los Cielos”. Dios – recalcó – “reconcilia y pacifica en lo pequeño”.
“Pero
también en el camino: caminando. El Señor no ha querido pacificar y
reconciliar con la varita mágica: hoy ¡pum! ¡Todo hecho! No. Se puso a
caminar con su pueblo. Y cuando escuchamos este pasaje del Evangelio de
Mateo: pero, ¿es un poco aburrido, no? Éste generó a éste, éste generó a
este otro, éste generó a aquél… Es una lista: ¡pero es el camino de
Dios! El camino de Dios entre los hombres, buenos y malos, porque en
esta lista hay tantos santos y hay tantos criminales, pecadores también.
Hay tanto pecado aquí. Pero Dios no se asusta: camina. Camina con su
pueblo”.
Y en este camino –
agregó – “hace crecer la esperanza de su pueblo, la esperanza en el
Mesías”. El nuestro, dijo retomando un pasaje del Deuteronomio, es un
“Dios cercano”. Camina con su pueblo. Y “este caminar con buenos y malos
nos da nuestro estilo de vida”.
Dios sueña cosas bellas para su pueblo
“¿Cómo
debemos caminar como cristianos para pacificar como lo hizo Jesús?” –
se pregunta el Papa. Poniendo en práctica el protocolo del amor por el
prójimo, es su respuesta, el capítulo 25 del Evangelio de Mateo:
“El
pueblo soñaba la liberación. El pueblo de Israel tenía este sueño
porque le había sido prometido, que iba a ser liberado, que iba a ser
pacificado y reconciliado. José sueña: el sueño de José es un poco como
el resumen del sueño de toda esta historia de camino de Dios con su
pueblo. Pero no sólo José tiene sueños: Dios sueña. Nuestro Padre Dios
tiene sueños, y sueña cosas bellas par su pueblo, para cada uno de
nosotros porque es Padre y siendo Padre piensa y sueña lo mejor para sus
hijos”.
En lo pequeño está todo, la paz de Dios y su reconciliación
Dios
es omnipotente y grande, dijo Francisco, pero nos “enseña a hacer la
gran obra de la pacificación y de la reconciliación en lo pequeño, en el
camino, en el no perder la esperanza con aquella capacidad de soñar de
los grandes sueños, de los grandes horizontes”. Hoy – subrayó – “en la
conmemoración de una etapa determinante de la historia de la salvación,
el nacimiento de la Virgen, pidamos la gracia de la unidad, de la
reconciliación y de la paz”.
“Pero
siempre en camino, con cercanía a los otros, como nos enseñan las
Bienaventuranzas y Mateo 25 y también, con los grandes sueños. Y
continuamos la celebración ahora de la memoria del Señor en lo
‘pequeño’: un pequeño pedazo de pan, un poco de vino…en lo ‘pequeño’.
Pero en este ‘pequeño’ está todo. Está el sueño de Dios, está su amor,
está su paz, está su reconciliación, está Jesús: Él es todo esto”.
23 de enero, ocho años del Prelado del Opus Dei.
Hace 6 horas
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