miércoles, 5 de diciembre de 2012

Santa

Es santa, porque Cristo es Santo y la Iglesia es su Cuerpo y su Esposa.
Es Santa porque María Santísima es madre y miembro excelso de la Iglesia.
Es Santa, porque tiene sus raíces en el Cielo. La Iglesia Triunfante está formada por millones de santos. Y su número crece de día en día. 
Entre esos triunfadores, los Sumos Pontífices ha elevado a la gloria de los altares a miles de hombres y mujeres de todas las épocas. También por ellos, la Iglesia es santa.
Lo es a pesar de los pesares; a pesar de nuestras miserias y pecados. En la Iglesia Dios perdona y santifica. La Iglesia es santa y santificadora.
Y, entre los que todavía peregrinamos en la tierra hay también miles de santos de todas las razas, edades y condiciones; gentes que luchan con todas sus fuerzas por amar a Dios con todo el corazón. En eso consiste la santidad. 
No hay dos Iglesias: una pecadora y tal vez corrompida, y otra limpia e inmaculada. La Iglesia pide perdón cada día por los pecados de sus hijos. Cada día muere Jesús en la Cruz para lavar el rostro de su Esposa.
La Iglesia es una Niña preciosa que me sonríe cada mañana. Por defenderla de los que la maltratan daría la vida entera. 

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