En Jesús se realiza toda promesa, en Él culmina la
historia de Dios con la humanidad. Cuando leemos el relato de los dos
discípulos en camino hacia Emaús, narrado por san Lucas, vemos cómo emerge
claramente que la persona de Cristo ilumina el Antiguo Testamento, toda la
historia de la salvación, y muestra el gran proyecto unitario de los dos
Testamentos, muestra su unicidad. Jesús, de hecho, explica a los dos caminantes
perdidos y desilusionados que es el cumplimiento de toda promesa: «Y comenzando
por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a
Él en todas las Escrituras» (24, 27). El evangelista refiere la exclamación de
los dos discípulos tras haber reconocido que aquel compañero de viaje era el
Señor: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos
explicaba las Escrituras?» (v. 32).
Audiencia 20121212
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