Confiemos,
pues, en que nuestro empeño en la evangelización ayude a devolver nueva
centralidad al Evangelio en la vida de tantos hombres y mujeres de nuestro
tiempo. Y oremos para que todos vuelvan a encontrar en Cristo el sentido de la
existencia y el fundamento de la verdadera libertad: sin Dios el hombre se
extravía. Los testimonios de cuantos nos han precedido y dedicaron su vida al Evangelio
lo confirman para siempre. Es razonable creer; está en juego nuestra
existencia. Vale la pena gastarse por Cristo; sólo Él satisface los deseos de
verdad y de bien enraizados en el alma de cada hombre: ahora, en el tiempo que
pasa y el día sin fin de la
Eternidad bienaventurada.
Audiencia 20121121
No hay comentarios:
Publicar un comentario