Dios se interesa por nosotros, nos ama, ha
entrado personalmente en la realidad de nuestra historia, se ha auto-comunicado
hasta encarnarse. Dios es una realidad de nuestra vida; es tan grande que
también tiene tiempo para nosotros, se ocupa de nosotros. En Jesús de Nazaret
encontramos el rostro de Dios, que ha bajado de su Cielo para sumergirse en el
mundo de los hombres, en nuestro mundo, y enseñar el «arte de vivir», el camino
de la felicidad; para liberarnos del pecado y hacernos hijos de Dios (cf. Ef 1,
5; Rm 8, 14). Jesús ha venido para salvarnos y mostrarnos la vida buena del
Evangelio.
Audiencia 20121128
sic.
Hace 1 hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario