La fe es don de Dios, pero es también acto profundamente
libre y humano. «Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores
del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente
humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre» (Catecismo de la Iglesia católica , n. 154). Es más, las implica y exalta en una
apuesta de vida que es como un éxodo, salir de uno mismo, de las propias
seguridades, de los propios esquemas mentales, para confiarse a la acción de
Dios que nos indica su camino para conseguir la verdadera libertad, nuestra
identidad humana, la alegría verdadera del corazón, la paz con todos.
Audiencia 20121024
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