La tradición católica, desde el inicio, ha
rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer contra la razón.
Credo quia absurdum (creo porque es absurdo) no es fórmula que interprete la fe
católica. Dios, en efecto, no es absurdo, sino que es misterio. El misterio, a
su vez, no es irracional, sino sobreabundancia de sentido, de significado, de
verdad. Si, contemplando el misterio, la razón ve oscuridad, no es porque en el
misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada. Es como cuando los
ojos del hombre se dirigen directamente al sol para mirarlo: sólo ven
tinieblas; pero ¿quién diría que el sol no es luminoso, es más, la fuente de la
luz? La fe permite contemplar el «sol», a Dios, porque es acogida de su
revelación en la historia y, por decirlo así, recibe verdaderamente toda la
luminosidad del misterio.
dana winner my friend the wind
Hace 1 hora
Feliz año, que sigamos viviendo intensamente este Año de la fe. Un abrazo!
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