La
Iglesia «con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y
transmite a todas las generaciones lo que es y lo que cree» (Const. dogm. Dei Verbum,
8).
Un cristiano que se deja guiar y plasmar poco a poco por la
fe de la Iglesia,
a pesar de sus debilidades, límites y dificultades, se convierte en una especie
de ventana abierta a la luz del Dios vivo que recibe esta luz y la transmite al
mundo. El beato Juan Pablo II, en la encíclica Redemptoris missio, afirmaba que «la
misión renueva la Iglesia,
refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas
motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!» (n. 2).
Audiencia 20121031
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